Desde Efinétika siempre hemos manifestado que las organizaciones no podemos controlar los precios de la energía ni las políticas del gobierno, pero sí podemos mejorar la forma de gestionar la energía.

Optimizar el rendimiento energético puede proporcionar beneficios rápidos a una organización, mejorando el uso de sus fuentes de energía y reduciendo su consumo.

Las auditorías energéticas son una herramienta importante para establecer el nivel de eficiencia energética. Un proceso sistemático mediante el cual se obtiene un conocimiento fiel –pero también puntual– de los usos y consumos energéticos de una instalación. Sus objetivos principales son dos: detectar las distintas oportunidades de ahorro para revelar los factores que afectan a dicho consumo; e identificar y evaluar las oportunidades de ahorro en función de su rentabilidad.

Muchas de las grandes empresas a las que hoy les afecta el Real Decreto se enfrentan ahora, no solo a las dudas sobre cómo cumplir en la práctica con la normativa -en el corto espacio de nueve meses-, sino también a la cuestión de con quién hacerlo.

La auditoría energética de una empresa puede ser realizada por técnicos cualificados que pertenezcan a la propia organización siempre que no tengan relación directa con las actividades auditadas y pertenezcan a un departamento de control interno de dicha entidad.

Debemos recordar que la auditoría no es un fin en sí mismo, sino un punto de partida desde el cual mejorar el desempeño energético de las instalaciones.

Y después de la Auditoría energética obligatoria, ¿qué?

La tendencia hace pensar que las empresas acaben optando mayoritariamente por la opción de la implantación de un Sistema de Gestión de la Energía de acuerdo a la norma ISO 50001.

La implantación de esta norma ISO 50001, bien gestionada por la dirección operacional y partiendo con la base de una buena auditoría energética, supondrá una oportunidad para aprovechar el potencial de ahorro en materia de energía que tiene nuestra empresa; y para definir prácticas y comportamientos futuros logrando mantener siempre un alto nivel de eficiencia.

Además, la implantación de este ciclo de mejora continua evita tener que realizar auditorías cada cuatro años. Únicamente habrá que realizar las auditorías periódicas del sistema de gestión junto a la ISO 9001 e ISO 14001.

Para que el análisis resulte lo más útil posible para la empresa y sirva de punto de partida para el sistema de gestión, el proceso de selección de un auditor energético debería tratar de abordar cuestiones más allá de lo especificado en el Capítulo III del RD 56/2016. Es recomendable evaluar la experiencia de la empresa de ingeniería, los equipos de toma de datos o la trayectoria profesional del equipo de expertos que llevarán a cabo el proyecto atendiendo, por ejemplo, a la certificación y acreditación emitida por ENAC para poder firmar Auditorías Energéticas en Europa, entre otros factores.

Tan solo 300 empresas poseían en 2014 un Sistema de Gestión de la Energía certificado de acuerdo a la ISO 50001

En los últimos años las empresas de nuestro país han adoptado la normativa internacional en sistemas de gestión de calidad (ISO 9001) y medio ambiente (ISO 14001), siendo ya éstas familiares para la mayoría de las empresas y con un ciclo de mejora continuo ya implementado. Según los datos de la organización ISO, eran pocas más de 300 las empresas que en España, a finales del año 2014, contaban con un Sistema de Gestión de la Energía certificado de acuerdo a la Norma ISO 50001. Una cifra baja si se compara con las más de 13.000 que ya disponían del certificado ambiental ISO 14001, el cual se convirtió en una exigencia del mercado hace varios años.